David Roman Porcayo
December 29, 2010
Los Sueños de Pedro
Pedro
es hijo de mi amigo Pancho, andará en los 28 años, soltero, sin
estudios pero con oficio de electricista; quizá la harìa de medio
electricista que encontrando trabajo ganaría unos $1200.00 pesos por
semana, si bien le va. Después de todo, ni siquiera cien dólares por
semana le quedarían. Se aporrearía hasta 9 horas diarias, pero para
empezar tendría que levantarse a las 6 de la mañana y así viajar una
hora y media hasta su lugar de trabajo. Gastaría 30 pesos de ida y
vuelta en el transporte público, y pasaría tres horas quizás de pie para
ir y venir, en un camión destartalado; él mismo se vería estrujado
aunque a veces contento porque siempre aprovecha para restregar su
cuerpo a la chica agraciada que viaja entre olores de la juventud
verraca. Estaría de regreso a su casa a eso de las 7 de la noche donde
la TV es su única diversión. Tomarse una ducha de agua fría a jicarazos
y cenar entre luz tenue sería su rutina, hasta que el cansancio lo
venciera para esperar el día siguiente. Recostado en muebles
desvencijados, entre trebejos y baratijas, trapos viejos e hilachos, la
TV lo transporta a ilusorios sueños: comprarse un coche, ropa nueva de
moda, perfumes caros para conseguirse una novia bien proporcionada como
las que salen exhibiendo el coche, luego una casa en Valle Verde, criar
hijos y enviarlos al Tec. de Monterrey. Maldita realidad: el coche
cuesta $120 mil pesos, los levi´s Strauss están a $1200.00, los perfumes
están a $1000.00 pesos un simple frasco, la casita de interés social
sale a 500 mil pesos a pagar en 30 años, y la profesión en la
universidad cuesta 10 mil pesos por mes. Y la pinche novia es
chaparrita, como él, morenita, de ojos negros y habla con acento del
náhuatl. Prefiere no hacer cuentas, le da güeva multiplicar y dividir ya
que sus $1000 pesos por semana que le restarían, le servirían sólo para
mal comer. Pedro sigue soñando pero despierto. Prefiere sumar y restar.
Trabaja para la mafia robando autos nuevos, no tiene que laborar 9
horas por día ni pasar 3 horas en los transportes públicos, ni lidia con
jefes que lo maltraten. Gana 2 mil pesos por semana y porta un arma, y
cuando quiere aumentar su ingreso, pues, prepara un asalto en alguna
tienda y huye en su coche robado, se le hace fácil. Recién estuvo en la
cárcel por un asalto. La mafia pagó y salió libre…
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