La Guerra Contra Los Pueblos en Mexico
Dicen
en los medios de comunicación que hay disputa por el mercado de drogas
ilegalizadas, entre bandas mafiosas; yo aseguro que estamos en medio de
un proceso de monopolización del mercado con participación de políticos,
militares, policìas federales y gente del sector financiero. Es decir,
el mismo proceso que hemos visto en los últimos 30 años en la política
económica de los gobiernos mexicanos; en el campo de la comercialización
de fármacos, que ha sido favorecer al monopolio de Don Simi y, por otro
lado, desplazando a familias dueñas de su farmacia. Lo mismo ha
ocurrido con los medios de comunicación: Televisa y Televisión Azteca
muestran por un lado su control sobre los satélites que pertenecen a la
nación; en contraste, radios comunitarias se ven excluidas, son
perseguidas, se les dificulta el proceso de legalización de su trabajo y
muchas forzadas a cerrar o andar a “salto de mata”, huyendo. O si vemos
el caso del maíz mexicano: antes de 1960 México era autosuficiente y
ahora, insólitamente, es importador de maíz producido en los EEU, en
perjuicio de la economía familiar del campesino indígena, mestizo o
criollo indianizado, y aún más, en perjuicio de su propia salud. En la
comercialización de esas plantas ilegalizadas se nota que en la
monopolización personajes disputan los puestos de alto mando, lo mismo
ocurre en el festín político en el que partidos políticos se disputan la
voluntad de los ciudadanos para recibir un mayor presupuesto, y así
salarios más altos de nuestros dineros. Sin olvidar en el sector
económico donde empresas monopólicas nos muestran su poderío de
absorción. A la vez, no extraña que un actual general del ejército,
(Acosta Chaparro ) se hallaba bajo juicio debido a vínculos con la
producción y comercialización de plantas ilegales en la montaña de
guerrero en los años 60 y 70. A cambio, éstos que eran tenientes del
ejército mexicano en aquel entonces, habían recibido la orden de
encontrar a como diera lugar, a los seguidores de los maestros Lucio
Cabañas y Genaro Vázquez arrasando pueblos, torturando luchadores
sociales, desapareciendo maestros críticos a las condiciones humanas de
la región y atemorizando a la población para evitar cualquier apoyo que
esos maestros, levantados en armas, pudieran encontrar en la población
civil. Todo con la aprobación de los que establecieron “la guerra fría”;
era el pánico que despertaba en los gobernantes norteños cualquier acto
colectivo que llevara un contenido de justicia social y distribución de
riqueza nacional. Todo acto de resistencia a la dominación extranjera
debía ser apagado a toda costa y a todo costo por el chaparro de Acosta.
Mientras los militares eran premiados con el control de la producción y
comercialización de esas dos plantas, a la vez, el libre mercado se
aplicaba. Todos los que podían, producían o comercializaban marihuana y
amapola, vendían o consumían, y el mercado crecía, y crecía más allá de
la frontera norte también. Y así se quedó la costumbrita.
Mario
Arturo Acosta Chaparro inició operaciones como asesor del Presidente
luego de ser exonerado de los cargos narcotráfico y crímenes de lesa
humanidad, proceso por el cual estuvo encarcelado durante siete años, de
2000 a 2007. En abril de 2008, luego de su exoneración y liberación,
recibió la condecoración de general en retiro e inició un proceso contra
la Sedena y el Ejército por los años que permaneció privado de su
libertad. Extracto del reportaje publicado en la edición 1779 de la
revista Proceso, ya en circulación.
DRP
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